90 millas hasta el paraíso - страница 2

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– ¿Qué te parece, no fallará? – por debajo de las espesas pestañas negras miraban a Raúl aquellas mismas pupilas fogosas, que podían hacer quemar a cualquiera en los agudos instantes del asalto al cuartel Moncada, pero cuyas llamas se han empañado desde los días de la victoria de la Revolución. No por la desilusión de los ideales, sino de la traición humana.

– Ya no estoy seguro– pronunció pensativamente Raúl. – Es demasiado joven y demasiado categórico en sus reflexiones.

– Nosotros también éramos jóvenes, éramos maximalistas.

– Pero nosotros luchábamos en nuestra tierra, mientras que él deberá enfrentarse con el enemigo, cabe decir, en la misma guarida de ellos, en Miami, donde han arraigado estos canallas, “gusanos”.

– ¡A la voluntad de Dios!

Los ojos de Raúl se entornaron involuntariamente. ¡Quién hubiera podido pensar que a fines de los años noventa el ateísmo de Fidel empezara a retroceder bajo el empuje de las dudas que surgieron en su alma impetuosa! No retornará a sus manantiales de adolescente… En su infancia se consideraba ser uno de los más aplicados novicios en el colegio de jesuitas. Transcurridos unos años debido a los dogmáticos retrógrados y a los pedantes atrasados del ambiente de los superiores, de manera impredecible se hizo ateo. La muy creyente madre católica nada pudo hacer con la pérdida de la fe del hijo. La mente curiosa de este exigía pruebas, mientras que Lina Ruz – hija de una bruja autodidacta – no disponía de una formación sólida. Cabe decir, a Stalin los estudios en el seminario espiritual no le impidieron gobernar a los ateístas. Esto es un hecho. A lo largo de toda la vida él citaba el Evangelio, y en lo que se refiere a la Iglesia Ortodoxa, destruida por Lenin, esta aumentó la cantidad de parroquias precisamente durante el culto a la personalidad de Stalin.

¿De qué manera amenaza a la Cuba socialista tal regeneración? ¿En qué se volcó el permiso de Fidel de admitir a los creyentes al Partido Comunista? ¡No olvidemos el coqueteo con el Pontífice y la Congregación de la Santa Sede! El sacerdote brasileño Fray Betto hasta publicó un libro sobre este quisquilloso tema entre los marxistas. La obra “Fidel y la religión” simultáneamente sumió en un shock al Vaticano, y a la élite ateísta del partido.