En este sentido, es necesario considerar la influencia en el comportamiento humano de aquellas áreas de la psique que se encuentran fuera de cinco instancias de la personalidad (5-Alma, 4-Corazón, 3-Irracio, 2-Racio, 1-Mente).
Para describir la psique humana como un todo, octanálisis utiliza la estructura de ocho componentes de la psique humana: instancias 0-Fuente, 7-Imaginación, 6-Subconsciente y cinco instancias de personalidad 5-Alma, 4-Corazón, 3-Irracio, 2-Racio, 1-Mente.
La instancia 7-Imaginación forma imágenes que se esfuerzan por realizarse en la vida. Cuando una persona está en un estado de sueños, sueña despierto y no quiere salir de este estado, entonces en ese momento la instancia 7-Imaginación domina en su psique.
Cuando una persona no puede controlar el proceso de generación de imágenes en su psique, entonces surgen problemas llamados “alucinaciones persistentes” que impiden que una persona viva, interfieren con cualquier actividad.
Instancia 6-Subconsciente almacena en sí mismo programas, según los cuales se plasman las imágenes generadas por la instancia 7-Imaginación.
Cuando la instancia 6-Subconsciente domina en la psique, una persona puede estar en varios estados: estado de sueño, trance, estado hipnótico, estado de postración, sonambulismo (sonambulismo), opacidad crepuscular de la conciencia.
La interacción entre siete instancias de la psique (7-Imaginación, 6-Subconsciente, 5-Alma, 4-Corazón, 3-Irracio, 2-Racio, 1-Mente) crea una amplia variedad de trastornos de personalidad.
1.8. Trastorno de personalidad: Konstantin Batyushkov
Considere los rasgos de personalidad congénitos de Konstantin Batyushkov.
Konstantin Nikolaevich Batyushkov (18 [29] de mayo de 1787, Vologda – 7 [19] de julio de 1855, Vologda) – Poeta y prosista ruso.
La madre de Konstantin Batyushkov, Alexandra Grigorievna (nee Berdyaeva), enfermó cuando su hijo tenía 6 años; pronto, en 1795, murió. En general, se acepta que su enfermedad mental fue heredada por Batyushkov y su hermana mayor, Alexandra.
En 1808, la herencia materna ya comenzaba a manifestarse: su impresionabilidad comenzaba a alcanzar alucinaciones de extraordinario brillo, en una de sus cartas a Gnedich escribió: “si vivo otros diez años, entonces probablemente me volveré loco”.