– ¡Qué planeta tan enorme! Y que precioso… y es tan celeste… Parece que está lleno de sonidos. ¡El planeta está cantando! Suena con tantas voces, en tantos idiomas y dialectos diferentes, con música y melodías… ¡Cuántas melodías nuevas y desconocidas! Yo no había oído muchas de ellas antes… Astrelka ha escuchado un ratito más y ha entendido que todos esos ruidos llegaban de este enorme planeta azul. Tan bonito y lleno de sonidos. ¡Cuántas cosas nuevas ha oído! Chirridos bruscos, estruendos de olas de océano, cantes preciosos y muchas, muchas cosas más que no había escuchado antes.
– ¡Cuántas voces llegan desde allí! Abuelo, ¿cómo se llama este planeta? ¡Ay, abuelo! ¿Dónde estás? Su pregunta se ha quedado sin respuesta. Astrelka ha mirado alrededor pero no veía a su abuelo ¡Tampoco se oía su violín! La chica se ha asustado y ha empezado a llamarle más fuerte aun:
– ¡Abuelo! ¡Abuelo! ¿Dónde estás? – exclamaba la niña lo más fuerte que podía. Solo ahora ha entendido ella que su abuelo se ha quedado en algún lugar muy, muy lejano… Se ha sentido sola y asustada. Y ha voceado una vez más muy pero que muy fuerte allá a las estrellas, y solo entonces ha oído del infinito alejamiento una voz muy bajita:
– ¡Astrelka! ¿Dónde estás? – gritaba su abuelo. Y Astrelka, muy asustada, le respondía ahogada por las lágrimas:
– ¡Aquí! ¡Estoy aquí abuelo! El abuelo volaba rápido hacia ella calmándola:
– ¡No tengas miedo! ¡Estoy contigo! ¡Voy volando hacia ti! Muy pronto Astrelka ha visto entre la inmensidad de estrellas una más que brillaba fuerte y se acercaba cada vez más. Y por fin ha empezado a distinguir a su abuelo iluminado por los rayos relucientes de los astros. Astrelka se lanzó hacia el cuándo ya estaba muy cerca y dijo: – ¡Perdóname abuelo! ¡Tu musica sonaba hoy de maravilla y yo bailaba con los ojitos cerrados! Y no me di cuenta que iba alejándome más y más mientras bailaba entre las estrellas. Tampoco me di cuenta que ya no era la musica tuya sino unos sonidos desconocidos que me habían atraído. El abuelo la ha mirado y le ha explicado sonriente: – Estos misteriosos sonidos y melodías que te han encantado nieta mía, vienen de este planeta azul llamado Tierra. Mejor dicho, de la plaza de una ciudad donde se sitúa la colorida cúpula del Circo Chapito. ¡Escucha! ¡Son los artistas del Circo los que cantan! Efectivamente, se oía desde allá una graciosa canción que cantaba un grupito de gente con las vestimentas coloridas y pintorescas. ¿Qué es el circo? ¡Es alegría! ¿Y qué es el circo? ¡Es maravilla! ¿Cómo podemos En un circo entrar? ¡Muchísima suerte Nos debe tocar! Astrelka ha preguntado mirando muy atenta todo lo que estaba pasando: