Los países del socialismo, la Unión Soviética, no necesitaban la guerra, ya que los medios de producción (fábricas, fábricas, tierra) pertenecían al pueblo de acuerdo con la Constitución, por el contrario, fue el desarrollo Pacífico el que mostró las ventajas del sistema socialista sobre el capitalismo.
Las tendencias inherentes al imperialismo hacia el parasitismo o la putrefacción se manifiestan aún hoy. En primer lugar, cuando los nuevos inventos o mejoras no podían ser utilizados para aumentar inmediatamente las ganancias o existía el peligro de que los competidores los utilizaran, los monopolios impedían por todos los medios su uso. Esto frena el progreso tecnológico. En segundo lugar, en los países imperialistas ha crecido una capa de rentistas, propietarios de capitales prestados, que llevan una vida ociosa a expensas de la renta: los ingresos del capital, los intereses de los préstamos, los alquileres. Aparecieron Estados rentistas, una parte significativa de cuyos ingresos era un porcentaje de las inversiones en el extranjero. "El mundo se ha dividido en un puñado de Estados usureros y una inmensa mayoría de Estados deudores". En tercer lugar, V. I. Lenin llamó "parasitismo en el cuadrado" a la exportación de capital (ahora se llama "inversión"). Frenó el desarrollo económico de las metrópolis, dio un desarrollo desequilibrado a la economía de las colonias, semicolonias y otros países dependientes, agotó sus recursos. En Cuarto lugar, debido a las enormes ganancias de la explotación de las colonias, la oligarquía financiera pagó de más a la aristocracia obrera para fortalecer su influencia sobre una parte de los trabajadores. En quinto lugar, el parasitismo se manifestó en el aumento de los costos de las armas y las fuerzas armadas. Las órdenes militares se convirtieron en una importante fuente adicional de ganancias para la oligarquía financiera. El aumento de los medios de destrucción frenaba el desarrollo de las fuerzas productivas y amenazaba su existencia. A pesar de la creciente tendencia a la putrefacción y el parasitismo, el capitalismo en su conjunto se desarrolló más rápido que antes. Esto llevó a una mayor profundización y exacerbación de sus contradicciones.
El desarrollo ulterior de las fuerzas productivas hacía cada vez más necesaria la socialización de la producción, la liquidación de la propiedad privada y de la explotación del hombre por el hombre, es decir, el paso al socialismo. Este era el interés fundamental de todos los explotados. Esta reestructuración de la sociedad significó también la destrucción de la desigualdad nacional, que interesa a todos los pueblos oprimidos. Además, condujo a la eliminación del militarismo y las guerras que sufrieron toda la humanidad.