DE NAUFRAGIOS Y AMORES LOCOS - страница 16

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_Que lo aprovechen bien, porque en Diciembre y Enero cuando los coja el frío de la Sóviet van a llorar por un poquito de sol.


El Plomo me miró sonriendo.


_Algunos, porque yo voy para Alma Atá y allá dicen que se mete un calor de más de cuarenta grados. Peor que este.

_Entonces vamos a solidarizarnos contigo y nos quedamos aquí a la sombra_ sugirió Fidel_, y hablando de sombra. Plomo, necesito que me tires un cabo. Tú sabes que estoy puesto de lleno para Olga, pero veo que le han disparado más de veinte tipos durante todo el curso y ninguno ha podido sacarle el sí. Tú eres socito de ella, ponme una piedra compadre, a ver si paso estos días como se merece.

_ ¿Qué piedra ni un carajo? , bájale muela. Tú eres un tipo de jeta fácil y gracioso. Tienes quince días para ligarla.

_El lío no son los quince días, yo quiero ligarla ahora y pasar estos días con ella. De verdad que me gusta, la tengo metida entre tarro y tarro. Tírame un cabo, asere.

_ ¿Tú le tienes miedo a la niña?_ me metí en la conversación.

_No es miedo, viejo, ella tiene su carácter y sus resabios y con una buena piedra es mejor.

_Ná, compadre, usted lo que tiene es miedo ¿Cuánto te apuestas a que si yo la enamoro la tumbo?_ empecé a cuquearlo.

_No me jodas con eso, chico, pero es más si de apuestas se trata la cosa, ¿nos jugamos una botella de ron a que hoy converso con ella?

_ ¿Conversar nada más?_ dije escéptico_, así no tiene gracia.

_ ¿Va la botella a que hoy la enamoro?_ se envalentonó Fidel

_ ¡Va!_ le respondí animoso y confiado en que me ganaría sin problemas el roncito para pasar la noche.


Y cada uno con el aliciente de la posibilidad de ganarle al otro nos metimos otra vez en el surco antes de que el jefe de brigada llegara hasta nosotros para regañarnos.


Después de la comida, unos chícharos innombrables con arroz blanco y huevos salcochados volvimos a formar los viejos grupos. Bety me acariciaba las ampollas boludas, el Plomo ahora sin Amarilis tenía los cañones listos para dispararle a cualquiera; Fidel, recién incorporado al grupo era una bola de nervios esperando a que Olga saliera del albergue.

_Vamos a duplicar la apuesta_ le dijo Luis_. Si yo, a pesar de mi mala fama me empato con alguna jebita hoy y tú no logras ligar a Olga, me das dos botellas. Si yo fallo y tú lo logras entonces yo pongo una y Rey pone la otra ¿De acuerdo?