Nueve signos de que eres el elegido - страница 17

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Para evitar esto, es fundamental controlar conscientemente tus pensamientos y emociones. Cada pensamiento que atraviesa tu mente tiene una fuerza energética y puede convertirse en el catalizador de cambios en tu vida. Cuando permites que los pensamientos negativos dominen tu conciencia —ya sea miedo, ira, envidia o desesperación— estás creando un campo energético que afecta tu realidad. Estos impulsos negativos atraen energías y situaciones similares, provocando conflictos y dificultades en tu vida

La conciencia de los impulsos negativos es el primer y más importante paso hacia su superación. Las emociones y pensamientos negativos no surgen de manera aleatoria; siempre aparecen en respuesta a un desencadenante, ya sea un estímulo externo o un miedo interno. Cuando comienzas a ser consciente de este proceso, aprendes a detectarlo en sus primeras etapas. Por ejemplo, si notas que tu mente empieza a obsesionarse con la ansiedad o el temor respecto a un evento, este ya es un signo de que estás perdiendo el control de la situación. En ese momento, es fundamental hacer una pausa consciente y preguntarte: "¿Por qué estoy experimentando este sentimiento ahora? ¿Cuál es su origen?" Reconocer la causa ya te proporciona cierto control sobre la situación.

Una vez que has identificado el impulso negativo, el siguiente paso es redirigir tu atención hacia lo positivo. Imagina este proceso como una especie de reinicio mental. Cambias el enfoque de la mente, pasando del problema a una posible solución. Por ejemplo, si te descubres pensando que algo podría salir mal, comienza a formular conscientemente pensamientos sobre cómo la situación podría evolucionar de manera favorable. Esto no implica ignorar la realidad, sino más bien darte la oportunidad de concentrarte en lo que puedes controlar y en un resultado positivo. Tu atención es una herramienta a través de la cual rediriges la energía hacia la dirección correcta.

Es crucial entender que tus pensamientos no son simplemente una reacción a las circunstancias externas, sino también un mecanismo a través del cual creas tu realidad. Cada vez que te concentras en lo negativo, lo alimentas con tu energía, y comienza a crecer. Pero lo mismo ocurre a la inversa: cuando te enfocas en lo positivo, fortaleces tu poder interior, que comienza a reflejarse en el mundo exterior. La realidad en la que vives no solo se forma a partir de tu fuerza, tu luz y tus acciones. También está moldeada por los pensamientos y emociones que habitan en tu mente. Recuerda, el universo te ha otorgado un gran poder, y con él, también te ha dado una gran responsabilidad.